Eugênio Neves - 07/03/1990
El narcotráfico en América Latina, la importancia financiera y organizacional adquirida por los "carteles" de narcos en países como Colombia o México, no es una simple excrescencia criminal de nuestras sociedades. En el pasado Inglaterra impuso por la fuerza el libre comercio del opio en China. Las bases modernas del narcotráfico de heroína y cocaína tienen casi siempre su origen en las "guerras sucias" de Estados Unidos (EU) contra el comunismo.
El historiador estadunidense Richard Hooker dice que la gran historia del narcotráfico comenzó en los años de 1830, con la Guerra del Opio que el imperio británico lanzó contra China para abrir ese mercado a la producción del opio de la India, colonia británica, y poder equilibrar la deficitaria balanza comercial inglesa. Hacia 1830 los ingleses se habían convertido en la más importante organización criminal del mundo traficando con el opio cultivado en India y que la East India Co. enviaba por toneladas a Cantón, China, para venderlo y pagar por el té y artículos manufacturados que Inglaterra compraba a los chinos.
Desde la Segunda Guerra Mundial la colaboración de Washington con narcotraficantes -la mafia italiana- sirvió para impedir huelgas en los puertos estadounidenses y facilitar la invasión de Italia, y más tarde el tráfico de heroína financió operaciones encubiertas en Burma. Pero fue para tratar de asesinar a Fidel Castro que la CIA solicitó la colaboración de la mafia y los narcos, y las actividades criminales sirvieron para financiar grupos anticastristas.
La larga lista de las “guerras sucias” de la CIA en Laos y otros países contra las fuerzas vietnamitas dirigidas por Ho Chi Minh incluye el tráfico de la heroína producida en Laos; la cocaína y la marihuana financiaron armas para los antisandinistas en Nicaragua; y el opio financió a los “señores de la guerra” y mujaidines en la lucha contra los soviéticos en Afganistán.
En el origen de las “dos plagas”, el narcotráfico y el terrorismo islamita, están las acciones encubiertas de la CIA que, como dijo a FRONTLINES el ex Subsecretario de Estados estadounidense para Asuntos Internacionales de Narcóticos, Jonathan Winer –quien colaboró con el Comité senatorial de 1986 dirigido por el Senador John Kerry (ex candidato a la presidencia por el Partido Demócrata en el 2004) para investigar el escándalo Irán-Contras, "uno siempre tendrá traficantes de drogas, de armas, contrabandistas de personas... como el tipo de gente en la que apoyarse para llevar a cabo una guerra encubierta, sea en Afganistán, Colombia, el Sudeste asiático, Burma. Los agentes de operaciones tienden a ligarse con gentes comprometidas en otras actividades ilícitas. Esas cosas tienden a ir juntas". Lo mismo puede decirse del terrorismo de Al Qaeda, grupo financiado por la CIA y Arabia Saudita para combatir a los soviéticos en Afganistán.
La Guerra del Opio.
Pocos carteles del siglo 20 podrían siquiera compararse al enorme tamaño de la criminalidad de la Inglaterra de comienzos del siglo 19, dice Richard Hooker, de la Universidad Estatal de Washington, al explicar la Guerra del Opio que el imperio británico lanzó contra China, y que constituyó "la más humillante derrota que China jamás sufriera".
Los ingleses tenían un importante déficit comercial con China que trataron de equilibrar inundando ese país con cientos de toneladas de opio que cultivaban en su colonia de India. Este comercio, dice Hooker, produjo literalmente un país lleno de drogadictos y tuvo un efecto devastador para la sociedad china. Doce millones de chinos y "virtualmente todos los hombres de menos de 40 años, incluyendo los soldados", según varias fuentes, llenaban los tristemente celebres "fumaderos de opio".
En 1842 China es vencida y obligada a firmar lo que Hooker califica como "el ignominioso Tratado de Nanking", que sienta el principio de la "extraterritorialidad" hoy usada por EU, abre cinco puertos al comercio británico -de paso se quedan con Hong Kong-, y establece la libre entrada de todos los productos británicos a China. Esto multiplica por tres el comercio del opio en las tres décadas siguientes. Francia y EU obligan a China a firmar un Tratado similar en 1844. En 1860, porque China no aceptaba la "exportación" de chinos a Canadá, EU y a las colonias británicas en el Caribe, Londres le impone un segundo Tratado con cláusulas que legalizan totalmente el opio y permite "la libre e irrestricta propagación de la Cristiandad en todo el territorio chino". La libertad de culto acompañó al libre comercio del opio.
Cuba, colaboracionismo de la CIA con las mafias.
Cuando EU decide derribar a la revolución cubana, a partir de 1961, la CIA tenía ya experiencias en usar el tráfico de drogas, de opio en este caso, para financiar operaciones anticomunistas en Burma.
La expropiada mafia estadunidense que había controlado el juego en Cuba comienza a "colaborar" con las autoridades de EU para recuperar el mercado del juego y la prostitución en Cuba, y los expropiados hoteles y casas.
Theodore Shackley, el "fantasma rubio" jefe de JM WAVE, la estación de la CIA en Miami, recluta en 1962 al mafioso Johnny Roselli en un plan para asesinar a Castro. Los contactos y participantes en las operaciones encubiertas de la CIA contra Cuba pueden vincularse, si ya no lo están, con los mafiosos, y hacer la vista gorda ante las operaciones de tráfico de drogas y armas, que servirá para financiar infiltraciones, tentativas de asesinatos y actos terroristas.
No es extraño que Miami, mas tarde “sede” de los antisandinistas, se convirtiera en el centro del narcotráfico y del lavado del dinero de esa actividad.
Un buen número de estos miembros de JM WAVE figuran como "personas de interés" en la investigación del asesinato del Presidente John F. Kennedy (1963).
Richard Helms, ex jefe de la CIA, dijo años más tarde que Shackley constituía "una cuádruple amenaza: drogas, armas, dinero y asesinatos" (SourceWatch.org).
Con Shackley se consagra la vinculación de la lucha contra la “amenaza comunista” en alianza con criminales e intereses como el Banco Ambrossiano de Roberto Calvi, el "banquero de Dios", quien estuvo mezclado en operaciones de drogas en América Latina para apoyar a grupos de extrema derecha, en colaboración con la CIA.
El intermedio del Triangulo de Oro.
En Laos y otras partes de Indochina la CIA recurrió, durante la guerra contra los vietnamitas de Ho Chi Minh, al tráfico de drogas para financiar las actividades de grupos anticomunistas, como la tribu Hmong en Laos. Uno de los casos mas conocidos fue el del Nugan Han Bank, creado en 1973 con ex agentes de la CIA, como Richard L. Armitage, éste último a cargo de la transferencia de ganancias de las ventas de heroína en Tailandia. La droga era transportada en aviones de Air América, compañía de la CIA, de Laos y otros países del Sudeste asiático a los “mercados occidentales” (The Politics of Heroin: CIA Complicity in the Global Trade, de Alfred McCoy, Harper and Row, 1972), lo que introduce cantidades masivas de heroína en Australia, EU y Europa, pero también en Tailandia.
En 1968 Shackley, uno de los artífices de esta vinculación entre la CIA y el mundo criminal, pasa de dirigir las operaciones en Laos a la jefatura de la "estación" de la CIA en Vietnam.
De regreso a América Latina.
En 1972, a su regreso de Vietnam y con la experiencia del Triangulo de Oro de la heroína, Shackley asume la jefatura de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, desde donde participa en el derrocamiento del Presidente chileno Salvador Allende y dirige las operaciones encubiertas contra los movimientos guerrilleros y de izquierda usando todos los instrumentos a su alcance. En 1975 es nombrado Subdirector de Operaciones de la CIA, a cargo de las operaciones encubiertas, y bajo el gobierno de Ronald Reagan participa con el coronel Oliver North del Consejo Nacional de Seguridad en la "operación Irán-Contras".
La investigación del escándalo Irán-Contras por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado presidido por John Kerry buscó esclarecer las acusaciones de que los antisandinistas en Nicaragua –los Contras- se financiaban con el tráfico de cocaína y marihuana, y así fueron expuestas las actividades ilegales de la “red secreta” de Oliver North y la CIA para entregar armas a los Contras sin autorización del Congreso. El informe de esta investigación subraya que "los lazos de los Contras con la droga incluyen () pagos a los traficantes de drogas con fondos del Departamento de Estado de EU autorizados por el Congreso para asistencia humanitaria a los Contras, en algunos casos después que los traficantes fueran hallados culpables de acusaciones de (traficar) drogas por las agencias que aplican la ley (la DEA), en otros mientras los traficantes estaban bajo una investigación por esas mismas agencias".
En 1998, después de numerosas y sustanciadas alegaciones sobre la vinculación de la CIA con los narcotraficantes en América Latina, el Inspector general de la CIA, Frederick Hitz, efectuó una investigación, que solo fue parcialmente desclasificada. Pero Hitz y otros involucrados en esta investigación reconocieron, en entrevistas con FRONTLINE's "Drug Wars", que la CIA estaba al corriente de que sus aliados en Nicaragua habían decidido a partir de 1981 entrar drogas de contrabando en EU para financiar las operaciones antisandinistas, y que en Costa Rica colaboraban con el narcotraficante Jorge Morales.
La CIA recibió el permiso, en 1982, de hacer la vista gorda a las "violaciones a las leyes sobre narcóticos", según el Memorando de Entendimiento que el Procurador General de EU, William French Smith, elaboró con el Director de la CIA, William Casey. En 1987, cuando el Congreso confirmó que la CIA colaboraba con los narcos, el actual Secretario de Defensa Robert Gates, entonces Director en ejercicio de la CIA, envía un memo al Subdirector de Operaciones Clair George diciéndole que es imperativo que los oficiales de la CIA cesen inmediatamente sus relaciones con los Contras que "sean siquiera sospechados de estar comprometidos en el narcotráfico". Pero este memo, confirma Hitz, nunca fue enviado a los agentes de la CIA que estaban en el terreno de operaciones. Fue una “operación de lavado de manos”.
Así, con esta vinculación que fue dando a los narcotraficantes el acceso al mercado, los contactos, la pericia y las capacidades para sofisticadas operaciones encubiertas, no es sorprendente que el "negocio" se haya ampliado de narcos como Jorge Morales a militares centroamericanos desde cuyas bases partían y llegaban los aviones fletados por la CIA para el trasiego de armas y drogas, y a los carteles actuales.
El caso de la base aérea de Ilopango, en San Salvador, es citado por Hitz porque en 1985 la DEA vigilaba a Carlos Alberto Amador, piloto de Southern Air Transport (SAT), una empresa fachada de la CIA para los Contras, porque sospechaba que éste transportaba drogas de Costa Rica a Miami. Un cable de la CIA nota que Amador "tiene acceso al Hangar 4 de Ilopango", y que una fuente de la DEA "afirma que Amador está probablemente cargando cocaína en San Salvador para volar a Gran Caimán y desde ahí al Sur de Florida". El Hangar 4 era el que coronel Oliver North usaba para llevar las armas para los Contras. Por eso la jefatura de la CIA cableó a sus agentes en San Salvador para que “aconsejasen a la DEA que dejara de investigar el Hangar 4 en Ilopango puesto que solo operaciones legítimas de apoyo son llevadas a cabo en esa instalación". Wanda Palacio, informante del FBI, dijo al Congreso de EU que fue testigo de cambio de drogas por armas en un avión de SAT en Barranquillas, Colombia, en octubre de 1986. El caso de Eugene Hasenfus, piloto de SAT y de Air América derribado en Nicaragua en 1986, confirmó ese trasiego.
Héctor Berrellez, ex agente de operaciones de la DEA, corroboró que "elementos que trabajaban para la CIA estaban comprometidos en traer drogas al país", y que conoció a "contratados" de la CIA, como pilotos, que traían drogas a EU y algunas veces aterrizaban con esas drogas en "las bases aéreas del gobierno". Yo lo sé porque de hecho algunos de esos pilotos me lo dijeron, dijo Berrellez.
Los “contactos” de la CIA se expandieron con la política de EU de luchar contra las guerrillas y sus “bases” en Panamá, Colombia y otros paises. Hace pocos días el profesor Keith Yearman del Colegio DuPage, EU, reveló documentos (narcosphere.narconews.com) de la Aduana de EU recientemente desclasificados sobre el caso del avión matriculado FAC1005 de la Fuerza aérea de Colombia que el 9 de noviembre de 1998 aterrizó en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale, Florida, y donde se descubrieron 655 kilos de cocaína. Este caso fue "enterrado" rápidamente, sin interrogatorios ni detenidos para que no se investigaran las posibles complicidades entre militares estadunidenses y colombianos. Otros casos similares han sido reportados y siempre enterrados.
Colombia y mas allá.
El narcotráfico en Colombia toca todas las esferas de poder y las guerrillas, y la violencia social, política y militar que acompaña este lucrativo negocio, así como la “lucha contra las drogas”, se expande a los países vecinos y aquellos que como México sirven de tránsito al mayor mercado de la cocaína, EU.
El narcotráfico y el terrorismo fueron armas de la CIA y otras instituciones del Estado de EU en la lucha contra el comunismo. Los sucesivos gobiernos de EU siempre lograron que el tema no fuera debatido política y publicamente, aunque constituyan plagas contra la cual los estadunidenses no están inoculados. Por ello las sospechas de que esas “guerras” contra las drogas y el terrorismo sirven de excusas a intereses políticos en EU “para fortalecer el poder del Estado y atacar a las libertades civiles”, y expandir el área de intervención militar de EU, como dijo el lingüista Noam Chomsky.
(rabilotta@videotron.ca)
Excelente texto (em espanhol) de um jornalista canadense sobre a vinculação do governo norte-americano com ações terroristas financiadas com o narcotráfico. Ele também faz uma abordagem sobre a guerra do ópio, promovida pela Inglaterra contra a China, mostrando o quanto é antiga a prática de usar a droga como instrumento de dominação imperialista.
Narcotráfico, libre comercio, guerras, operaciones clandestinas de la CIA ...
Rocco Marotta, (desde Toronto, Canada)
El narcotráfico en América Latina, la importancia financiera y organizacional adquirida por los "carteles" de narcos en países como Colombia o México, no es una simple excrescencia criminal de nuestras sociedades. En el pasado Inglaterra impuso por la fuerza el libre comercio del opio en China. Las bases modernas del narcotráfico de heroína y cocaína tienen casi siempre su origen en las "guerras sucias" de Estados Unidos (EU) contra el comunismo.
El historiador estadunidense Richard Hooker dice que la gran historia del narcotráfico comenzó en los años de 1830, con la Guerra del Opio que el imperio británico lanzó contra China para abrir ese mercado a la producción del opio de la India, colonia británica, y poder equilibrar la deficitaria balanza comercial inglesa. Hacia 1830 los ingleses se habían convertido en la más importante organización criminal del mundo traficando con el opio cultivado en India y que la East India Co. enviaba por toneladas a Cantón, China, para venderlo y pagar por el té y artículos manufacturados que Inglaterra compraba a los chinos.
Desde la Segunda Guerra Mundial la colaboración de Washington con narcotraficantes -la mafia italiana- sirvió para impedir huelgas en los puertos estadounidenses y facilitar la invasión de Italia, y más tarde el tráfico de heroína financió operaciones encubiertas en Burma. Pero fue para tratar de asesinar a Fidel Castro que la CIA solicitó la colaboración de la mafia y los narcos, y las actividades criminales sirvieron para financiar grupos anticastristas.
La larga lista de las “guerras sucias” de la CIA en Laos y otros países contra las fuerzas vietnamitas dirigidas por Ho Chi Minh incluye el tráfico de la heroína producida en Laos; la cocaína y la marihuana financiaron armas para los antisandinistas en Nicaragua; y el opio financió a los “señores de la guerra” y mujaidines en la lucha contra los soviéticos en Afganistán.
En el origen de las “dos plagas”, el narcotráfico y el terrorismo islamita, están las acciones encubiertas de la CIA que, como dijo a FRONTLINES el ex Subsecretario de Estados estadounidense para Asuntos Internacionales de Narcóticos, Jonathan Winer –quien colaboró con el Comité senatorial de 1986 dirigido por el Senador John Kerry (ex candidato a la presidencia por el Partido Demócrata en el 2004) para investigar el escándalo Irán-Contras, "uno siempre tendrá traficantes de drogas, de armas, contrabandistas de personas... como el tipo de gente en la que apoyarse para llevar a cabo una guerra encubierta, sea en Afganistán, Colombia, el Sudeste asiático, Burma. Los agentes de operaciones tienden a ligarse con gentes comprometidas en otras actividades ilícitas. Esas cosas tienden a ir juntas". Lo mismo puede decirse del terrorismo de Al Qaeda, grupo financiado por la CIA y Arabia Saudita para combatir a los soviéticos en Afganistán.
La Guerra del Opio.
Pocos carteles del siglo 20 podrían siquiera compararse al enorme tamaño de la criminalidad de la Inglaterra de comienzos del siglo 19, dice Richard Hooker, de la Universidad Estatal de Washington, al explicar la Guerra del Opio que el imperio británico lanzó contra China, y que constituyó "la más humillante derrota que China jamás sufriera".
Los ingleses tenían un importante déficit comercial con China que trataron de equilibrar inundando ese país con cientos de toneladas de opio que cultivaban en su colonia de India. Este comercio, dice Hooker, produjo literalmente un país lleno de drogadictos y tuvo un efecto devastador para la sociedad china. Doce millones de chinos y "virtualmente todos los hombres de menos de 40 años, incluyendo los soldados", según varias fuentes, llenaban los tristemente celebres "fumaderos de opio".
En 1842 China es vencida y obligada a firmar lo que Hooker califica como "el ignominioso Tratado de Nanking", que sienta el principio de la "extraterritorialidad" hoy usada por EU, abre cinco puertos al comercio británico -de paso se quedan con Hong Kong-, y establece la libre entrada de todos los productos británicos a China. Esto multiplica por tres el comercio del opio en las tres décadas siguientes. Francia y EU obligan a China a firmar un Tratado similar en 1844. En 1860, porque China no aceptaba la "exportación" de chinos a Canadá, EU y a las colonias británicas en el Caribe, Londres le impone un segundo Tratado con cláusulas que legalizan totalmente el opio y permite "la libre e irrestricta propagación de la Cristiandad en todo el territorio chino". La libertad de culto acompañó al libre comercio del opio.
Cuba, colaboracionismo de la CIA con las mafias.
Cuando EU decide derribar a la revolución cubana, a partir de 1961, la CIA tenía ya experiencias en usar el tráfico de drogas, de opio en este caso, para financiar operaciones anticomunistas en Burma.
La expropiada mafia estadunidense que había controlado el juego en Cuba comienza a "colaborar" con las autoridades de EU para recuperar el mercado del juego y la prostitución en Cuba, y los expropiados hoteles y casas.
Theodore Shackley, el "fantasma rubio" jefe de JM WAVE, la estación de la CIA en Miami, recluta en 1962 al mafioso Johnny Roselli en un plan para asesinar a Castro. Los contactos y participantes en las operaciones encubiertas de la CIA contra Cuba pueden vincularse, si ya no lo están, con los mafiosos, y hacer la vista gorda ante las operaciones de tráfico de drogas y armas, que servirá para financiar infiltraciones, tentativas de asesinatos y actos terroristas.
No es extraño que Miami, mas tarde “sede” de los antisandinistas, se convirtiera en el centro del narcotráfico y del lavado del dinero de esa actividad.
Un buen número de estos miembros de JM WAVE figuran como "personas de interés" en la investigación del asesinato del Presidente John F. Kennedy (1963).
Richard Helms, ex jefe de la CIA, dijo años más tarde que Shackley constituía "una cuádruple amenaza: drogas, armas, dinero y asesinatos" (SourceWatch.org).
Con Shackley se consagra la vinculación de la lucha contra la “amenaza comunista” en alianza con criminales e intereses como el Banco Ambrossiano de Roberto Calvi, el "banquero de Dios", quien estuvo mezclado en operaciones de drogas en América Latina para apoyar a grupos de extrema derecha, en colaboración con la CIA.
El intermedio del Triangulo de Oro.
En Laos y otras partes de Indochina la CIA recurrió, durante la guerra contra los vietnamitas de Ho Chi Minh, al tráfico de drogas para financiar las actividades de grupos anticomunistas, como la tribu Hmong en Laos. Uno de los casos mas conocidos fue el del Nugan Han Bank, creado en 1973 con ex agentes de la CIA, como Richard L. Armitage, éste último a cargo de la transferencia de ganancias de las ventas de heroína en Tailandia. La droga era transportada en aviones de Air América, compañía de la CIA, de Laos y otros países del Sudeste asiático a los “mercados occidentales” (The Politics of Heroin: CIA Complicity in the Global Trade, de Alfred McCoy, Harper and Row, 1972), lo que introduce cantidades masivas de heroína en Australia, EU y Europa, pero también en Tailandia.
En 1968 Shackley, uno de los artífices de esta vinculación entre la CIA y el mundo criminal, pasa de dirigir las operaciones en Laos a la jefatura de la "estación" de la CIA en Vietnam.
De regreso a América Latina.
En 1972, a su regreso de Vietnam y con la experiencia del Triangulo de Oro de la heroína, Shackley asume la jefatura de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, desde donde participa en el derrocamiento del Presidente chileno Salvador Allende y dirige las operaciones encubiertas contra los movimientos guerrilleros y de izquierda usando todos los instrumentos a su alcance. En 1975 es nombrado Subdirector de Operaciones de la CIA, a cargo de las operaciones encubiertas, y bajo el gobierno de Ronald Reagan participa con el coronel Oliver North del Consejo Nacional de Seguridad en la "operación Irán-Contras".
La investigación del escándalo Irán-Contras por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado presidido por John Kerry buscó esclarecer las acusaciones de que los antisandinistas en Nicaragua –los Contras- se financiaban con el tráfico de cocaína y marihuana, y así fueron expuestas las actividades ilegales de la “red secreta” de Oliver North y la CIA para entregar armas a los Contras sin autorización del Congreso. El informe de esta investigación subraya que "los lazos de los Contras con la droga incluyen () pagos a los traficantes de drogas con fondos del Departamento de Estado de EU autorizados por el Congreso para asistencia humanitaria a los Contras, en algunos casos después que los traficantes fueran hallados culpables de acusaciones de (traficar) drogas por las agencias que aplican la ley (la DEA), en otros mientras los traficantes estaban bajo una investigación por esas mismas agencias".
En 1998, después de numerosas y sustanciadas alegaciones sobre la vinculación de la CIA con los narcotraficantes en América Latina, el Inspector general de la CIA, Frederick Hitz, efectuó una investigación, que solo fue parcialmente desclasificada. Pero Hitz y otros involucrados en esta investigación reconocieron, en entrevistas con FRONTLINE's "Drug Wars", que la CIA estaba al corriente de que sus aliados en Nicaragua habían decidido a partir de 1981 entrar drogas de contrabando en EU para financiar las operaciones antisandinistas, y que en Costa Rica colaboraban con el narcotraficante Jorge Morales.
La CIA recibió el permiso, en 1982, de hacer la vista gorda a las "violaciones a las leyes sobre narcóticos", según el Memorando de Entendimiento que el Procurador General de EU, William French Smith, elaboró con el Director de la CIA, William Casey. En 1987, cuando el Congreso confirmó que la CIA colaboraba con los narcos, el actual Secretario de Defensa Robert Gates, entonces Director en ejercicio de la CIA, envía un memo al Subdirector de Operaciones Clair George diciéndole que es imperativo que los oficiales de la CIA cesen inmediatamente sus relaciones con los Contras que "sean siquiera sospechados de estar comprometidos en el narcotráfico". Pero este memo, confirma Hitz, nunca fue enviado a los agentes de la CIA que estaban en el terreno de operaciones. Fue una “operación de lavado de manos”.
Así, con esta vinculación que fue dando a los narcotraficantes el acceso al mercado, los contactos, la pericia y las capacidades para sofisticadas operaciones encubiertas, no es sorprendente que el "negocio" se haya ampliado de narcos como Jorge Morales a militares centroamericanos desde cuyas bases partían y llegaban los aviones fletados por la CIA para el trasiego de armas y drogas, y a los carteles actuales.
El caso de la base aérea de Ilopango, en San Salvador, es citado por Hitz porque en 1985 la DEA vigilaba a Carlos Alberto Amador, piloto de Southern Air Transport (SAT), una empresa fachada de la CIA para los Contras, porque sospechaba que éste transportaba drogas de Costa Rica a Miami. Un cable de la CIA nota que Amador "tiene acceso al Hangar 4 de Ilopango", y que una fuente de la DEA "afirma que Amador está probablemente cargando cocaína en San Salvador para volar a Gran Caimán y desde ahí al Sur de Florida". El Hangar 4 era el que coronel Oliver North usaba para llevar las armas para los Contras. Por eso la jefatura de la CIA cableó a sus agentes en San Salvador para que “aconsejasen a la DEA que dejara de investigar el Hangar 4 en Ilopango puesto que solo operaciones legítimas de apoyo son llevadas a cabo en esa instalación". Wanda Palacio, informante del FBI, dijo al Congreso de EU que fue testigo de cambio de drogas por armas en un avión de SAT en Barranquillas, Colombia, en octubre de 1986. El caso de Eugene Hasenfus, piloto de SAT y de Air América derribado en Nicaragua en 1986, confirmó ese trasiego.
Héctor Berrellez, ex agente de operaciones de la DEA, corroboró que "elementos que trabajaban para la CIA estaban comprometidos en traer drogas al país", y que conoció a "contratados" de la CIA, como pilotos, que traían drogas a EU y algunas veces aterrizaban con esas drogas en "las bases aéreas del gobierno". Yo lo sé porque de hecho algunos de esos pilotos me lo dijeron, dijo Berrellez.
Los “contactos” de la CIA se expandieron con la política de EU de luchar contra las guerrillas y sus “bases” en Panamá, Colombia y otros paises. Hace pocos días el profesor Keith Yearman del Colegio DuPage, EU, reveló documentos (narcosphere.narconews.com) de la Aduana de EU recientemente desclasificados sobre el caso del avión matriculado FAC1005 de la Fuerza aérea de Colombia que el 9 de noviembre de 1998 aterrizó en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale, Florida, y donde se descubrieron 655 kilos de cocaína. Este caso fue "enterrado" rápidamente, sin interrogatorios ni detenidos para que no se investigaran las posibles complicidades entre militares estadunidenses y colombianos. Otros casos similares han sido reportados y siempre enterrados.
Colombia y mas allá.
El narcotráfico en Colombia toca todas las esferas de poder y las guerrillas, y la violencia social, política y militar que acompaña este lucrativo negocio, así como la “lucha contra las drogas”, se expande a los países vecinos y aquellos que como México sirven de tránsito al mayor mercado de la cocaína, EU.
El narcotráfico y el terrorismo fueron armas de la CIA y otras instituciones del Estado de EU en la lucha contra el comunismo. Los sucesivos gobiernos de EU siempre lograron que el tema no fuera debatido política y publicamente, aunque constituyan plagas contra la cual los estadunidenses no están inoculados. Por ello las sospechas de que esas “guerras” contra las drogas y el terrorismo sirven de excusas a intereses políticos en EU “para fortalecer el poder del Estado y atacar a las libertades civiles”, y expandir el área de intervención militar de EU, como dijo el lingüista Noam Chomsky.
(rabilotta@videotron.ca)
2 comentários:
Uau!
MÁLAGA, MADRID O BARCELONA
Y LA CAPITAL EUROPEA DEL NARCOTRÁFICO
Rafael del Barco Carreras
La noticia, 12-3-08, no centra a Málaga como la capital europea de la droga pero si de una mecánica ya vieja de las “mafias policiales”. El “modus operandi” es viejo aunque solo en los últimos años aflore en la prensa, y ¡es qué se pasan!. Ganan tanto dinero estrujando a los desgraciados del narcotráfico que sus fortunas y vida golfa asoman a la descarada. Nada menos que detenido el “FREDY”, jefe de la UDYCO, Delincuencia y Crimen Organizado, ¡y tan organizado!. Lo mismo el caso Malaya, Marbella con Muñoz y Roca, muñendo la Corrupción Urbanística, que la operación Ballena Blanca, con narcotraficantes, camellos, consumidores, indocumentados, y casas de putas.
No discutiré si Madrid o Barcelona es la Capital de Europa del narcotráfico, las ciudades en eso se complementan a la perfección, pero si es indiscutible la “presencia oficial” en el narcotráfico, al igual que en el Franquismo en el 100% de la prohibida prostitución mostrada en miles de barras de bares y “americanas”. O sea, poco ha cambiado la España de entonces a no ser en la rentabilidad de la actividad mafiosa o delictiva y crecimiento respecto a Europa.
Y surge tantas veces la noticia de ayer que no me discutirá nadie lo escrito sobre la idiosincrasia de la “mafia española”, o sea, del mundo del delito, en mi escrito “Las Torres KIO y Cambio 16”: “El organigrama siempre el mismo, en la cúspide un Poder, funcionario o político, coordinado con bufetes, gestorías o consultings, y de base, los soldaditos que a menudo ni saben para quien trabajan, o quién les estrujará. Existe la variante de que el segundo escalón domine al primero. Los sobornos crean dependencia material y moral, y el terrible miedo, terror, del sobornado que le hará depender de por vida del sobornador. Desde la prostitución al blanqueo y narcotráfico, o la obtención de cualquier beneficio, permiso o simple arbitrariedad funcionarial y política. Todos los “grandes y medianos casos” encajan en tan simple definición, los demás son siempre de desgraciados marginales que apenas subsisten y en su gran mayoría chivatos, confidentes y carne de cañón”.
Pero mi escrito de fecha 11-3 se queda corto, y viene a cuento repetir el de julio del pasado año, porque además entonces mis pataleos (bilis y resentimiento me añaden los comentaristas) se iniciaban en INTERNET y www.lagrancorrupcion,com, y poco o nada se esparció.
LA COCAINA Y BARCELONA. Detenido el Subdelegado del Gobierno, Eduard Planells, y dos de sus empleados. El mismo día, nombramiento por Celestí Gorbacho, el famoso alcalde de Hospitalet y actual presidente de la Diputación de Barcelona, de Anna Hernández, esposa de Joseph Montilla, como “cap” de Infraestructuras, Urbanización y Vivienda, ¡casi nada!. Y con la detención del alto cargo de la Generalitat por pedófilo…una semana al completo.
La gente normal, la buena gente, la mayoría de los barceloneses, se sorprenden ahora de que esa barbaridad forme parte de su entorno. Convencidos que era cosa de gentuza viciosa y marginal. De golpe oyen terribles historias de conocidos, o sufren cerca de su casa el consumo y tráfico. Mis íntimos me escuchaban hace veinticinco años, o diez, y hasta cinco, incrédulos. Fantasías o erróneas interpretaciones por demasiada cárcel. Una vez se me ocurrió puntualizar por el olor que los hijos de unos amigos fumaban porros, y casi me fulminan. Me tacharon de réprobo absoluto, yo que ni fumo, solo tomo vino en las comidas, y de esnifar, ni “vicios” por el estilo, jamás, por más que lo dicte una sentencia, sus señorías prevaricaron por corruptos o falsas deducciones (pudiéndose demostrar muy fácil pasados veinticuatro años). Admití que quizá fuera un error, o tabaco de pipa holandés.
Diría, después de largas conversaciones de celda, y profundo conocimiento de mi ciudad, que la cocaína se introdujo con empuje por los años 60 con la llamada “gauche divine” y la calle Tusset. Los esnobs del intelectualismo, la gente guapa, los buenos negocios del desarrollismo a partir del 59, abrieron los guetos de los ricos de siempre, ya superado el estraperlo y los “cupos”, estilo Rigat y pocos cabarets y clubs, creando los rincones tipo “Coba del Drach”, el Coupé 77, o el summun, Bocaccio y Up & Down (comprado por De la Rosa), donde lo “moderno” y superarse en ingenio obligaba “esnifar”. Y los vividores o arruinados por la apertura del mercado descubrieron el negocio del siglo. Los primeros vendedores se revestían de amigos, “gente puesta”, invitando las más de las veces. Una época de sudamericanos intelectuales huyendo de las dictaduras. Y de los 70 a los 80, aun la ciudad en plena crisis petrolera del 73 y la muerte de Franco, eclosionó el negocio rompiendo moldes. El hachís, de los legionarios a los clanes gitanos, extendiéndose desde el Chino a los demás barrios, coreado por la moda existencialista y hippie, donde la heroína antes que la cocaína destrozó familias y la delincuencia marginal. Y se iniciaron los marroquíes, a la par que sudamericanos, sustituyendo los camiones de celulosa gallega por los envíos desde Sudamérica con todas las fórmulas imaginables. Y hoy, en pisos del Ensanche, funcionan los laboratorios. Una evolución rápida, como corta es la vida del pequeño narcotraficante. Y en medio de la anarquía y la sustitución de los naturales por foráneos, o revueltos unos con otros, entra un factor cuya incidencia nadie ha estudiado. La Policía o Guardia Civil. De la represión y corrupción franquista, dominando la prohibida y muy activa a simple vista prostitución, se pasa de lleno, cuando la “despenalización” o su crisis del 80 por el “Sida”, a las “protecciones y asociaciones” con todo tipo de “narcos”, o la “patada en la puerta” apropiándose de lo decomisado. Así en Barcelona, Cataluña y España, no se reparten las zonas, barrios o locales por un “sanedrín mafioso”, tras las consiguientes guerras entre clanes, sino por la incidencia policial. Se detendrá, y no traficará quien no esté bajo alguna corrupta protección, al igual que en tiempos de la pública clandestina prostitución, y antes el estraperlo y contrabando. El colmo de la perversión intelectual que ciertos policías declaren sin rubor que pagan con droga a sus confidentes.
Así en el 92 conozco en la cárcel al alcalde de CIU de un pueblo cercano, Abel y su socio Paco, que desde un taller de Bellbitge inundan el Baix Llobregat de heroína traída de Ámsterdam (la tailandesa se sustituyó por la afganesa de los turcos, asiáticos y gente del Este con sede en Barcelona). Según la gran fotografía exposición en La Vanguardia les decomisan no menos de 300 millones de dinero y mercancía, desaparecidos entre la detención y el juicio, y condenados a doce años por solo un kilo de heroína (librando a sus encarceladas esposas). Ver La Vanguardia en enero de 1992 y preguntar en la Cárcel de Brians, 1994, de donde saldrá, solo el alcalde, a los dos años en tercer grado. Lo de liberar a narcotraficantes con “posibles”, se repetirá. Y como colofón de la gran entrega de las fuerzas del orden y ya añadiendo “mossos de escuadra”, en el 2005 desaparecen 500 kilos de cocaína (2.500 millones de pesetas al mayor) de un container del puerto vigilado por expresa recomendación de la DEA americana, pretendiendo coger in fraganti a los destinatarios. No se publicará que en ciertas comisarías, un ejemplo Hospitalet, estaban expedientados la mitad de los efectivos antes de ser sustituidos por los Mossos de Escuadra. Y repito, cientos de abogados al servicio de tan inmenso mercado, desde los que cobran “servicios jurídicos” con cocaína hasta los que “ignorando” la actividad de sus clientes montan redes de “sociedades”, ONG y fundaciones conectadas con todo el Mundo, y blanquean por miles de millones DE EUROS. Piqué Vidal (el abogado de Pujol), cien abogados (el bufete de “La Tapadera” es más modesto), presuntamente blanquea una operación descubierta en Rubí de 2.000 kilos de cocaína de unos mejicanos, y antes con otros brasileños, y crea sociedades para rusos, ¡o de donde vengan!. El traje al completo, desde la identificación y residencia, a la estructura fiscal y financiera. Hoy las operaciones de menos de 1.000 kilos de hachís apenas se publican, y las de menos de 100 de cocaína, 500.000.000 de pesetas, precio al mayor, ni se consideran. Y se detienen a 20 o 30 mafiosos del Este y a sus testaferros españoles con cientos de sociedades y cuentas en Andorra, una semana antes al propio Piqué Vidal, y dos años después al Subdelegado del Gobierno, y los dos puestos de inmediato en libertad sin fianza. ¡Pero, ojo al dato, por orden de la Audiencia Nacional desde Madrid!, sin denuncias locales a gente viviendo en palacetes de Pedralbes. La tan vilipendiada ITALIA se queda corta en Corrupción, y quizá se alcance a MÉXICO, aunque con mejor farisaica cobertura, rogando que la sangre no corra como allí. Barcelona ha superado en mucho las tradicionales Marsella, Nápoles, Palermo y Calabria. Ahora, estas ciudades, con Lión, París, Hamburgo, Berlín, Milán o Roma, y hasta Moscú, son sus clientes
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